Seguimos repasando la herencia cultural de Nueva Orleans tras los capítulos anteriores (este y este).
Aquí tienen nuevamente como acompañamiento al texto la lista de Spotify actualizada con varios de los artistas que repasaremos a continuación:
Denle al play si les apetece, o déjenla para otro momento si lo prefieren. En cualquier caso allá vamos:
We dance even if there’s no radio. We drink at funerals. We talk too much and laugh too loud and live too large and, frankly, we’re suspicious of others who don’t. (Chris Rose, escritor y periodista).
Nueva Orleans no es solo música. Es también la ciudad literaria donde se desarrollaba La conjura de los necios de Kennedy Toole, el lugar de nacimiento de Truman Capote o el escenario por el que circulaba ese tranvía llamado Deseo. Y es que Tennessee Williams vivió en el barrio francés; también William Faulkner, cuya casa se puede visitar. La personalidad culinaria de la ciudad, con sus gumbos, jambalayas, po’boys y demás hace las delicias del visitante. Sus elegantes restaurantes de herencia francesa pasada por el encantador filtro local constituyen una singularidad más de la única ciudad americana que conserva un distrito entero del siglo XVIII: el French Quarter.